Una vez que estuvo libre, Gu Ning no pudo evitar pensar en Leng Shaoting. ¿Qué estará haciendo ahora? Se preguntó a sí misma. Justo cuando pensó en eso, sonó su teléfono y el que llamaba era precisamente Leng Shaoting.
—¡Ningning! —La saludó Leng Shaoting y sonó como si no la hubiera visto en mucho tiempo. Había estado en la base militar estos últimos días y no pudo llamar a Gu Ning ni siquiera abrir su teléfono para ver fotos de ella, lo que lo torturaba.
Al escuchar la voz de Leng Shaoting, el corazón de Gu Ning dio un vuelco.
—¡Shaoting! —Gu Ning también lo extrañaba. Era normal si no se habían visto por unos días, pero le preocupaba no haber tenido noticias de él en absoluto.
—Te extraño mucho —dijo Leng Shaoting.
El corazón de Gu Ning latió más rápido. —¡Yo también te extraño!
No terminaron la llamada hasta haber hablado durante dos horas.
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