Tengamos una pelea

—Tú… Aunque sabía que Gu Ning lo decía a propósito, Tang Haifeng seguía molesto. Realmente temía que Gu Ning tirara este camello Sancai, lo que sería una gran pérdida.

—Está bien, está bien, lo aceptaré, ¿de acuerdo? —Tang Haifeng se comprometió.

Gu Ning sonrió con satisfacción.

Al ver cómo Gu Ning manejaba tan bien al Maestro Tang, Tang Jiakai no pudo evitar admirarla.

—Eres tan buena actuando. ¿Te interesa ser actriz? Puedo ser tu representante —dijo, bromeando.

—¡Qué tontería! —dijo Tang Haifeng—. Yo pienso que la Chica Gu nació para ser la gran jefa.

Gu Ning sonrió gentilmente, pero no dijo nada. Después de eso, Tang Haifeng se absorbió en el camello Sancai y continuó mirándolo desde diferentes ángulos, mientras Tang Jiakai conversaba con Gu Ning. O, para ser más específicos, era más como si Tang Jiakai le hiciera preguntas a Gu Ning continuamente.

—Hermana, ¿cómo van tus estudios?

—Hermana, ¿cuál es tu universidad favorita?