Elena [1]

—Entonces, ¿a dónde vamos?

Damien caminaba tranquilamente por el pequeño y pacífico bosque mientras miraba la espalda de Elena. Sus manos estaban entrelazadas detrás de su cabeza, y si supiera silbar, también estaría haciéndolo.

Eran momentos como estos cuando extrañaba su vieja ropa de Apeiron. Tener bolsillos para meter las manos realmente mejoraría su relajación, pero desafortunadamente, todas habían sido destruidas de una forma u otra, dejándolo solo con las túnicas del Palacio Estelar Celestial que llevaba en ese momento.

—¿Cómo se supone que debo saberlo? Por ahora, solo deberíamos descubrir dónde estamos y actuar en consecuencia. El Maestro de la Secta me proporcionó un mapa de las porciones exploradas de la Secta del Dragón Empíreo, por lo que localizar nuestra posición no debería ser demasiado difícil —respondió Elena de manera rutinaria.