A decir verdad, desde el momento en que Damien vino a visitarla, Rosa estaba eufórica. Había pasado tanto tiempo desde que los dos pudieron pasar tiempo de calidad juntos. Pero cuando él empezó a hablar, su sentimiento de alegría se desvaneció lentamente. Ya sabía que él venía a tener una conversación seria con ella, solo que no sabía que llegaría tan de repente. Y a medida que él seguía hablando, Rosa fue obligada lentamente a recordar los sentimientos que intentaba enterrar.
—¿Estaba ella enojada? Sí. ¿Sabía por qué estaba enojada? Muy claramente.