Este fue el resultado de priorizar la cantidad sobre la calidad.
Cuando Long Chen y su milicia privada entraron en acción, las cosas se tornaron aún más caóticas. Asgard y Niflheim ya no podían centrarse solamente el uno en el otro; tenían que estar alerta ante innumerables otros que querían aprovecharse de su conflicto.
Pero el grupo de Long Chen era diferente de aquellos buitres. Su llegada al campo de batalla les valió el apodo de «Caballería Sangrienta», ilustrando cómo cargaban sin miedo y hacían que un río de sangre fluyera bajo sus pies.
La Caballería Sangrienta era una de las amenazas más difíciles de manejar, porque no estaban interesados en nada más que matar. Siempre que estallaba una batalla en puntos importantes de captura, aparecían y arruinaban el flujo, transformando el campo de batalla en su propio escenario.