Bautismo [4]

El tiempo pasaba sin fin, sus flujos y reflujos indistinguibles dentro de la espesa barrera de Energía Mundial que aislaba a Damien del mundo exterior.

En el centro de esa barrera, Damien estaba sentado en silencio, con los ojos cerrados y las piernas cruzadas como si fuera un indomable Buda de piedra. Ocasionalmente, sus manos danzaban por el aire, dejando imágenes residuales que emanaban una sensación maravillosamente profunda. Este era el único signo de que estaba vivo.

En la mente de Damien, se desplegaba un mapa masivo. Era un laberinto lleno de giros imposibles y estructuras complejas que había estado estudiando durante un período de tiempo desconocido.

En comparación con el Espacio para 1000 personas o incluso el Espacio para 100,000 personas, el Espacio más grande para 1,000,000 personas era un monstruo completamente diferente.