Hermosos relámpagos de plata pintaban la atmósfera desolada en su color. Aunque la vista era fascinante en sí misma, su connotación hizo palidecer a todo genio. Estaban desesperadamente escapando de los relámpagos a su alrededor con la esperanza de llegar al altar, su única esperanza, pero descubrieron que el altar en sí era la parte más peligrosa de la prueba. ¿Cómo no estarían aterrorizados?
Desafortunadamente, ni siquiera tuvieron tiempo de entrar en pánico. La situación del altar no cambiaba el hecho de que los relámpagos seguían atacándolos. En lugar de preocuparse por aquellos en una situación peor que la suya, preferían pensar en cómo sobrevivirían.
Sin embargo, la escena dentro del brillo del altar no era lo que estos genios imaginaban. El relámpago de plata intentaba constantemente golpear la superficie del altar, pero no se le daba la oportunidad. La brillante erupción visible desde el exterior era causada solo por relámpagos residuales.