Final [4]

Zara caminaba sola por el misterioso espacio subterráneo. Las únicas otras personas que podían acceder a esta área estaban conversando con Damien o siendo retenidas por otras fuerzas.

Su objetivo estaba claro.

No podía destruir las máquinas a su alrededor, ya que eso alertaría a Tephit de su presencia y arruinaría todo su plan. En cambio, tenía que manipular sus sistemas con precisión para forzarlas a funcionar mal.

Naturalmente, Zara no era en absoluto una experta en tecnología. No tenía el conocimiento necesario para colapsar un sistema tan intrincado con su maná.

Pero lo que sí tenía era la guía de alguien que sí lo tenía.

Incluso Damien era un plebeyo en lo que respecta a las máquinas, pero los recuerdos que devoró le dieron una comprensión extrema de cómo funcionaban estas máquinas específicas.

¿En cuanto a de dónde obtuvo los recuerdos? En verdad, fue una extraña coincidencia.