La actitud de Liu Han era muy humilde, exudando gran respeto.
Su Han podría potencialmente salvar a su hijo, así que naturalmente, tenía que mostrar respeto.
En este mundo, hay dos tipos de personas a las que nunca debes ofender: uno es un asesino, porque puede quitarte la vida, y el otro es un médico, porque puede salvar tu vida.
Un sentido de reverencia hacia los médicos es esencial.
Liu Han era muy consciente de esto.
Dada la sincera actitud de Liu Han y que el Profesor Chen había hecho la solicitud, Su Han sintió que no podía rechazarlo.
—No puedo garantizar una recuperación completa, pero haré todo lo posible —Su Han asintió y dijo con calma.
Liu Han expresó rápidamente su gratitud.
El Profesor Chen también sabía que cuando Su Han decía que haría todo lo posible, probablemente no habría problemas.
—Yu Shan, por favor espera un momento; no tardaré mucho —Su Han se giró y dijo a Qiao Yu Shan.
—Claro, las vidas son lo primero —respondió Qiao Yu Shan con una sonrisa.