¡Una persona tan agradable! Parte2

Tanto Alex como Rey miraron cómo la perfecta silueta de la persona misteriosa desaparecía en el bosque.

A su derecha, todavía había una enorme conmoción debido al jefe del campo, pero Liam había evitado todo eso y había corrido en la otra dirección.

—Hmm. Realmente juzgué mal a esa persona —Alex murmuró por lo bajo—. No es tan malo.

—Je, je. Deberías confiar más en las personas, hermana —Rey se rió entre dientes, pero enseguida se calló al percibir la mortal mirada que le dirigían.

Los dos discutieron un poco cuando finalmente se giraron y notaron a Mia. Ella tenía una expresión extraña en su rostro, incluso para ella, y sus mejillas estaban rojas como un tomate.

De hecho, todo su rostro y la región del cuello estaban completamente ruborizados.

—¿Eh? ¿Qué pasó? —Alex estaba confundida. Luego recordó que Liam había susurrado algo en su oído. Pero, ¿qué podría haberle dicho que hiciera reaccionar a Mia de esta manera?

—¿Qué dijo? —ella preguntó.

Mia solía ser una chica muy calmada y compuesta y rara vez mostraba sus emociones, a diferencia de Alex cuyas emociones siempre estaban a flor de piel.

En su instituto, incluso era reverenciada como la diosa de hielo por todos, pero ¿ahora mostraba una expresión así?

—Oye, ¿qué pasó? —Alex preguntó preocupada.

—Ese tipo de ahora dijo algo raro —Mia le respondió como en trance—. Dijo que si nosotros… dentro del juego...

Mientras tanto, Rey ya estaba tratando de reunir a otros miembros del grupo para poder correr la mazmorra unas cuantas veces más.

Él era bastante torpe en estas cosas. Así que ni siquiera se dio cuenta de que las dos mujeres hablaban de algo con voces apagadas y expresiones extrañas.

Seleccionó al azar un par de buenos causantes de daños y se dirigió de vuelta, cuando los tres se detuvieron en seco.

¡Bam! ¡Bang! ¡Bang!

Ruidos explosivos resonaron en la entrada de la mazmorra.

—¿Qué demonios? ¿Otro jefe de campo apareció? —Uno de los nuevos reclutas murmuró confuso.

—Parece que sí. ¿Deberíamos llamar a más gente? ¡Uau! ¡El comienzo de este juego es tan genial! —exclamó uno de ellos.

Rey, por otro lado, tragó saliva. A diferencia de los dos nuevos reclutas, él estaba bastante familiarizado con la silueta de este supuesto oso.

—¡Shhh! Ustedes, chicos. Esa es mi hermana. No la llamen oso si quieren seguir viviendo —murmuró nervioso y corrió hacia adelante—. Hermana, ¿qué pasó?

Sólo se había alejado un par de minutos. ¿Qué podría haber pasado en tan poco tiempo para hacer que su hermana de mal genio estallara como un volcán?

Rey se acercó a la zona de peligro con mucha cautela, como si realmente hubiera un oso cerca de él. —¿Qué pasó, hermana? ¿Puedes calmarte un poco?

—Está bien, Alex. Déjalo estar —incluso Mia murmuró.

Sin embargo, Alex claramente no estaba de humor para responderle a él o a Mia. Simplemente seguía golpeando contra todos los árboles que podía encontrar. —¡VOY A MATARLO! ¡VOY A MATARLO DE VERDAD!

—¿Eh? ¿A quién quieres matar? —Rey miró a Mia, quien miró hacia otro lado y no le respondió.

Después de un rato, Alex finalmente se calmó y el grupo volvió a la mazmorra para hacer algunas rondas más.

—¡Espera a que ponga mis manos sobre ese pervertido otra vez! ¡Mierda de perdedor! ¡Hmph! —Varias palabras malsonantes salieron de los labios de la mujer ardiente cuando continuaba masacrando a los cuervos en la mazmorra.

Estaba tan furiosa que su eficiencia estaba por las nubes y los dos nuevos reclutas no podían evitar sentir que acababan de unirse a un equipo de primera.

Mientras tanto, la persona responsable de todo esto...

Liam avanzaba con rapidez por el bosque ya que conocía todo este territorio como la palma de su mano.

Ahora que había terminado de tratar con Niria y había obtenido bastante riqueza, armas, recetas y habilidades, quería consolidar todo y preparar los ítems necesarios antes de dirigirse al próximo lugar.

También necesitaba subir de nivel algunas de sus habilidades y asegurarse de que su configuración general estuviera equilibrada. Ya que jugaba sin clase, siempre corría el riesgo de arruinar este delicado equilibrio.

En cuanto a las cosas de las que había hablado con Mia, realmente no le daba mucha importancia. Le había dicho abiertamente sobre la manera más rápida de hacerse más fuerte.

Y si ella aceptaba, en verdad haría las cosas mucho más fáciles, pero Liam conocía muchas otras alternativas. No le importaba de una forma u otra.

Independientemente de si era el camino fácil o el difícil, sabía que al final iba a tener éxito.