—Liam agarró al instante a su hermana y retrocedió unos pasos tan rápido como pudo. No necesitaba mirar para saber quién estaba hablando.
—Ya sabía quién era. Esa voz no le era extraña ni tampoco esos rostros amigables, ¿pero encontrárselos aquí?
—Rápidamente miró a su alrededor y vio que había un pequeño callejón a su derecha, justo al lado del complejo de apartamentos que estaban a punto de entrar para echar un vistazo.
—Agarró la mano de Meilin y corrió hacia allá. Por supuesto, se desató una explosión de carcajadas y el grupo de jóvenes lo siguió con emoción.
—He He. Si veo basura en el camino como una persona responsable tengo que ocuparme de ella —dijo el bajito y gordo que iba al frente dejó caer su lata de refresco vacía al suelo y la pateó, apuntando a la cabeza de Liam.
—Sin embargo, no le dio y golpeó la pared detrás de él, o más bien, Liam la esquivó.