—Mientras tanto el zorro como el pájaro miraban a Liam y su rostro tranquilo, ambos se quedaron estupefactos y chillaron aún más fuerte.
—Sin embargo, al instante siguiente se callaron completamente al ver algo increíble.
—Una enorme bola de fuego apareció frente a Liam y caía junto con ellos.
—Y mientras caía, la bola de fuego comenzó a ganar más impulso y a crecer.
—¿Qué demonios?
—Sin embargo, nadie tenía tiempo para pensar ya que el suelo debajo de ellos se acercaba.
—¡Screee! ¡Kyu!
—Los dos volvieron a gritar desesperados. Este descenso lento debido a los vientos cortantes y la espera de una muerte inminente era dolorosamente agónico.
—Pero... ¡su momento finalmente había llegado!
—Y justo cuando estaban a punto de aterrizar con sus caras hacia abajo en la pendiente rocosa y árida de una montaña... inesperadamente ocurrió algo más.
—¡BOOM!