La mente de Liam giraba. El tiempo apremiaba y necesitaba averiguar la mejor manera posible de actuar. Pero antes de decidir nada, primero necesitaba echar un vistazo a la condición dentro del templo.
Había un enorme agujero en la pared a unos pies delante de él, así que caminó hacia ese lugar y miró hacia el interior mientras se preparaba para actuar si algo inesperado sucedía.
Afortunadamente, no había guardias al otro lado que pudieran sentir su presencia y pudo echar un vistazo al interior.
El interior del templo parecía igual de destruido y las paredes estaban adornadas con múltiples antorchas.
En el centro del templo, había un círculo de magos oscuros murmurando algo entre susurros.
Y en medio de esto, ¡Liam finalmente vio a su hermana y a Shen Yue!
—Ahí están —murmuró, observando todo cuidadosamente.
Los dos estaban atados a una estructura como un altar y al lado de este altar había una mujer extremadamente hermosa.