El gran simio cayó al suelo con un golpe y varios objetos brillantes salieron de la bestia.
Liam ignoró todos los objetos caídos, apresurándose a echarlos en su inventario de prisa.
No tenía mucho tiempo porque las personas que murieron definitivamente volverán pronto.
Un élite cerca de su puerta de muerte no era algo que alguien pudiese ignorar.
Además, no les resultaría difícil adivinar su obra. Así que seguramente volverán por venganza.
Sin embargo, mientras Liam agarraba todo lo que veía, hubo un objeto que resaltó, algo que no podía ignorar a pesar de la urgencia.
Una pequeña piedra azul deformada.
Parecía un guijarro al que le hubieran dado un puñetazo.
Sin embargo, Liam lo trató con mucho cuidado. Se inclinó para recogerla con cuidado en su mano.
—¿Un núcleo de maná parcial? —dejó escapar un jadeo mientras miraba el objeto con asombro e incredulidad.