Cayendo en la trampa

Liam se alejó en silencio de los dos demonios que estaban charlando en susurros.

Era muy evidente que al demonio le emocionaba que él desafiara al Líder de la Guarnición y sufriera una pérdida terrible.

Ni siquiera se molestó en ocultar sus intenciones. Así que su estratagema era tan clara como el día. Sin embargo, Liam estaba agradecido con esa persona.

Le había dado información valiosa. Se quedó en silencio contemplando la torre de la guarnición durante un minuto. Sin embargo, no se dirigió directamente allí.

En cambio, caminó hacia Hiriyu, quien todavía lo esperaba en la plaza.

—¿Aún no te has ido? —preguntó Liam.

—No, líder —El demonio negó con la cabeza.

—¿Estabas esperando que yo me fuera primero? —Liam sonrió.

Estaba impresionado por la lealtad del demonio hacia él. ¿Habrá alguna forma de llevar a estos chicos de regreso con él?

—¿Qué sabes sobre el Líder de la Guarnición? —Liam le preguntó, yendo directamente al grano.

La cara de Hiriyu cambió repentinamente.