—¿Por qué? ¿Por qué estás siendo tan irracional? —Alex arrugó las hojas y lo miró con los ojos muy abiertos.
—¿Es porque no puedes confiarnos? —Mia preguntó. También le fallaba comprender por qué él estaba siendo tan terco con esto.
—Sé que empezamos con el pie izquierdo. Por favor, esto concierne la vida de mi hermano. Si nos ayudas solo esta vez, te estaremos eternamente agradecidas —dijo Alex.
—No iremos en tu contra. Podemos ser tus aliadas. Te prometo esto. Te doy mi palabra —Mia suplicó.
—Por favor, Liam. Sé que he hecho muchas tonterías, me disculparé por todo. Pero tienes que ayudar a mi hermano —Alex tampoco continuó siendo arrogante y rápidamente añadió.
—Por favor, podemos estar del mismo lado. Nunca más haré algo estúpido. Por favor, solo esta vez —las dos rogaron y suplicaron a Liam.
Sin embargo, Liam solo negó con la cabeza, sonriendo impotente. —Realmente no puedo ayudar a menos que firmen el contrato. Mis manos están atadas.