—Señorita… Señora… Ah… líder Mia… ¿de dónde vinieron estos demonios? ¿Qué debemos hacer ahora? —preguntó Shin Soo.
—Si nos quedamos aquí más tiempo, ¿no aumentan las posibilidades de que los demonios nos detecten y comiencen a atacarnos también?
—¿Deberíamos irnos? —sugirió alguien más.
—Quizás deberíamos esperar un rato y luego rodear a los dos grupos para acabar con los más débiles —sugirió Shen Yue.
—Creo que es un buen plan. Podemos obtener muchos puntos de experiencia de esta manera —aplaudió Mei Mei.
Unos cuantos más también estuvieron de acuerdo con ellos.
Todos estaban a punto de tomar una decisión cuando Mia levantó la mano y detuvo al grupo.
—No será tan simple. Solo miren la cantidad de demonios. Estos pocos elfos oscuros no podrán manejarlos —dijo ella—. Definitivamente vendrán tras nosotros después de tratar con ellos. De hecho, todos los pueblos vecinos están en peligro.