—Hermana Yue, ¿ves algo extraño hoy? —Mei Mei se frotó la nariz y preguntó.
—¿A qué te refieres? ¿Tu hermano llegando tarde? —Shen Yue respondió, sus ojos buscando la figura familiar en la distancia.
—Nah... él siempre llega tarde. No hablo de eso. Me refiero a... —Ella chasqueó la lengua y miró hacia su derecha a una pelirroja que estaba parada en silencio.
—¿No debería estar montando un escándalo ya? Mira cómo está parada silenciosamente —Mei Mei se cubrió la boca y susurró.
—Shhhh —Shen Yue rápidamente la silenció—. Creo que todavía está herida, tal vez. Quién sabe por lo que pasó... no la provoques hoy.
—Ah… ah… Hermana Yue, no soy tan mala —dijo Mei Mei—. Sé. No seré grosera con ella. Solo digo que... parece haber cambiado.
—Mmm —Shen Yue asintió en silencio.
—El trauma a menudo cambia a las personas, pero solo el tiempo dirá si es para bien o no —murmuró en voz baja.