Leonel cruzó lago tras lago y río tras río. Sabía que los jóvenes lo seguían rápidamente, esperando poner algo de distancia entre ellos y la horda de bestias que venía de los densos bosques.
Los rugidos salvajes, atronadores y los temblores resonantes parecían estar acercándose cada vez más.
La Vista Interna de Leonel permanecía vigilante, pero su expresión solo se volvía cada vez más solemne. Notó que sus sentidos se volvían menos agudos. Era casi como si algo estuviera interfiriendo con su capacidad para ver el panorama completo con claridad.
«Debe ser la mayor densidad de Fuerza, o tal vez el hecho de que la Fuerza sea tan desatada y volátil…»
Leonel no tenía una respuesta perfecta, pero esta era su mejor hipótesis. Sin embargo, no tuvo oportunidad de pensar en más ejemplos porque sus pasos de repente se detuvieron bruscamente.
Sus talones se clavaron en el suelo de manera exagerada, al punto de que casi cayó hacia atrás.