Tres

El pequeño visón sabía que todo esto no era normal. Había bestias en esta isla que también tenían Desviaciones de Fortalecimiento de Fuerza, pero aún así nunca habían sido capaces de lastimarlo. La única explicación era que este lugar, aunque restringía el control que estos tres tenían, también amplificaba su fuerza al mismo tiempo.

No es que los pensamientos del pequeño visón fueran tan intrincados. Mayormente actuaba por instinto, teniendo la inteligencia de un niño de tres años como mucho.

Pero lo que sí sabía era que si las habilidades de sus enemigos eran amplificadas… las suyas también.

El pequeño visón blandió su pequeña garra, rasgando el aire.

Una guadaña negra se manifestó, desgarrando el temible ímpetu. En un abrir y cerrar de ojos, ya era varias veces más grande que el pequeño visón que la había lanzado. Sin embargo, su poder también se había dispersado igual de bien.

A pesar de esto, las expresiones de los tres guerreros aún cambiaron.