General Estrella

Heckle parecía darse cuenta de que había hablado fuera de turno, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse. Había estado al borde de la vida y la muerte hace solo un momento, y sin embargo, Leonel de repente dio un giro que salvó su vida. ¿Cómo no iba a emocionarse?

Un momento después, la expresión de Heckle se tensó una vez más.

Leonel frunció el ceño y adoptó su postura, sin olvidar recoger el puñal del suelo primero.

Otros tres se movieron lentamente hacia Leonel, con sus ojos brillando con destellos de cautela. Esta cautela no era solo hacia Leonel que estaba frente a ellos, sino también hacia los demás. No era como si de repente hubieran comenzado a confiar entre ellos solo porque entendían tácitamente que necesitaban trabajar juntos.