Desfigurado

Leonel sintió como si todos los huesos de su cuerpo se estuvieran rompiendo. Nunca lo había atropellado un camión, pero asumió que esto era lo más cercano posible a esa experiencia.

Su cuerpo se curvó grotescamente alrededor del porro cilíndrico y sin púas de Lamorak, casi como una pelota deformándose alrededor de un bate de béisbol. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, salió volando.

O mejor dicho… pensó que eso era lo que sucedería. Pero la realidad fue cruel.

En el único paso que Lamorak había dado para lanzar un golpe hacia Leonel, el suelo bajo sus pies se hundió antes de levantar un gran fragmento roto. Antes de que Leonel pudiera volar muy lejos hacia un lado, chocó primero contra este fragmento roto, haciendo que su cuerpo ya doblado se estrellara hacia el otro lado.

Al final, como si todo hubiera sido planeado de antemano, Leonel cayó justo frente a Lamorak, el brillo de sus ojos creciendo lentamente más tenue.