Ven.

Leonel sintió que su piel se estremecía, sus palmas sudaban. Los pelos de su cuerpo se erizaron, levantándose como agujas sobre su piel.

En su vida, nunca había estado en una situación tan peligrosa. Los ojos de más de 200 élites se clavaron en él, ni uno solo se movió. Incluso los otros dueños de puntos estelares fueron completamente ignorados.

Así era la naturaleza humana. El proceso de pensamiento grupal, la opresión de las masas. Una vez que unos pocos se habían fijado en Leonel sin moverse ni un centímetro, los demás los siguieron. Pronto, incluso los más lentos entre ellos comenzaron a darse cuenta de las verdades detrás de este asunto. Para entonces, ya no solo seguían las ideas de quienes los rodeaban, sino que habían comenzado a pensar cómo podían obtener ventajas para sí mismos.

Leonel se sintió sofocado hasta el punto de que sus rodillas temblaron ligeramente. Intentó estabilizar el agarre de su arco, esforzándose por calmar el latido de su corazón.