La mirada de Leonel se volvió completamente roja.
Dentro de la Zona de Joan, ya había visto a aquellos como Pierre y Nicolás obtener habilidades mediante las Artes de Fuerza. Dibujaban estas Artes directamente sobre sus cuerpos, obteniendo poder a través de su dolor y sacrificio.
Sin embargo, lo que Leonel siempre había entendido era que estas habilidades tenían que venir de alguien. No sabía de quién provenían, pero sabía que esa era la única forma en que todo tenía sentido.
Recordando el miedo de la Pequeña Nana cuando el Margrave le pidió que se acercara, los puños de Leonel se apretaron tan fuerte que las venas amenazaron con reventar en su antebrazo. Tal vez si no fuera por su físico increíblemente fuerte, eso exactamente habría sucedido.
—¿Cómo exactamente habían extraído la habilidad de la Pequeña Nana? —preguntó.
—¿Qué le habían hecho pasar? —murmuró para sí mismo.
Si el dolor de solo recibir la habilidad era tan grande, ¿cómo sería el dolor de arrebatar una habilidad?