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—¿Así que esa es su elección?

Leonel observó todo esto desde lejos. Parecía extraño que pudiera ver cosas sucediendo desde decenas de kilómetros de distancia tan claramente, pero no parecía ser un problema para él en absoluto.

—Crakos, lidera a tus hombres por el paso del medio de la montaña.

Leonel parecía hablar al aire vacío, no había una sola alma en la cima de la montaña excepto él mismo. Sin embargo, en el instante en que habló, los hombres de Crakos se habían movido bajo su mando.

—Hay cinco Caballeros Blancos en el grupo al que te diriges. Los cinco tienen fuerza superior a la tuya, así que asegúrate de seguir mis órdenes al pie de la letra.

Farialice pensó que los demonios estaban planeando algo secreto debido a sus acciones extrañas... Cuando la realidad era que Leonel no tenía un gran plan global. Lo que sí tenía eran muchas cartas de triunfo listas para desplegar en un momento dado.