Farialice observó cómo sus guerreros caían uno tras otro, un toque de sorpresa coloreando su mirada.
Los guerreros de la Ciudad Blanca hacía mucho que eran indiferentes a las altas bajas. La verdad era que una de las estrategias que Terreno había preparado antes de lanzar este ataque era precisamente esta.
Había que recordar que la Tierra había perdido más del 99% de su población. Como resultado, incluso si la Tierra tenía una mayor concentración de talentos, ¿qué podían hacer si Terreno enviaba ola tras ola de guerreros contra ellos?
Precisamente por esto, al Señor de la Ciudad Blanco no le preocupaba usar la muerte de sus hombres para ganar tiempo. Comparado con la población restante de la Tierra de apenas unos pocos millones, el Señor de la Ciudad de Terreno tenía acceso a una población de miles de millones y luchadores que eran decenas de millones.