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La mano derecha de Leonel se movió como el viento, envolviendo el Mineral de Susurro Fantasmal. Al mismo tiempo, su izquierda se dirigió hacia el Mineral de Pulsación del Alma, trabajando con completa independencia.

La mirada de Leonel estaba perdida en el espacio vacío. Era como si su mente estuviera completamente borrada. Incluso parecía que sus ojos podrían rodar hacia atrás en sus cavidades en cualquier momento. Sin embargo, la velocidad de sus manos no disminuyó lo más mínimo.

La mano derecha de Leonel rápidamente golpeó el Mineral de Susurro Fantasmal. Pequeño Tolly corrió a través de su superficie, haciendo que girara rápidamente y se calentara aún más rápido.

Impurezas humeantes volaron al aire y goteaban del Mineral verde. Se encogía a una velocidad visible al ojo desnudo, cayendo de tener el tamaño de una palma a la anchura de solo unas pocas uñas.