Interesante

El cuerpo de Aina continuó caminando hacia adelante, completamente fuera de su control. Antes de que pudiera siquiera comprender lo que estaba sucediendo, se encontraba sentada a la derecha del hombre, su cuerpo temblando incontrolablemente. No importaba cuánto luchara, parecía que no podía liberarse.

Aina apretó la mandíbula, levantando la cabeza para mirar al hombre a los ojos.

La situación estaba muy por fuera de sus expectativas. Estaba sentada a no más de un metro y medio de un hombre del que estaba segura podría quitarle la vida con un pensamiento. Pero lo que era aún más asombroso era el hecho de que este... no era un hombre en absoluto.

Cuando Aina se encontró con la mirada del hombre, finalmente notó los familiares iris blancos, titilando con indiferencia.

No cabía duda, este era un Inválido, un verdadero Inválido, un Inválido Variante.