¿Qué tal la segunda ronda? (18+)

Max miró cómo ella tosía salvajemente y su expresión cambió. Se disculpó, su voz llena de pánico y preocupación:

—Lo siento, Lilly. Me emocioné demasiado. ¿Estás bien?

Después de tomar unas cuantas respiraciones profundas, se calmó. —Mhm... Estoy bien. Me alegra que te haya gustado —ella sonrió dulcemente.

Al ver su expresión satisfecha, Max suspiró en su corazón y juró mantenerla siempre feliz.

—Está bien. Ahora acuéstate —sonrió y la empujó hacia abajo. Abrió sus piernas para ver su coño mojado. Su jugo de amor estaba goteando.

Max frotó su miembro sobre su clítoris unas cuantas veces, lo que la hizo gemir como loca. Obtuvo mucha estimulación de ello.

Luego, suavemente empujó la punta de su miembro dentro de su vagina mojada.

—Ahh... mhm...!

Lilly dejó escapar unos cuantos gemidos, sintiéndolo entrar en su cuerpo. Ella agarró la sábana para prepararse para lo que venía.

No decepcionándola, con un fuerte empujón, Max entró completamente en su coño. Su pene golpeó su cérvix.