—¿Qué tal si me convierto en tu compañera de entrenamiento? —dijo Mina de repente—. Creo que mis habilidades del elemento Tierra serían más efectivas para luchar en contra que el Mayordomo Jorge, quien aún no ha despertado ningún elemento y lo más importante, todavía se está recuperando de las heridas que recibió en la marea de bestias y no está en su mejor condición. Entonces, ¿qué te parece? —Después de explicar por qué debería ser su compañera de entrenamiento, lo miró expectante.
—Bueno, supongo que tienes razón —él no esperaba que ella se ofreciera de repente, y no pudo evitar darle una segunda mirada ya que de repente parecía más encantadora con esos ojos negros llenos de expectativa y delgados labios rojos—. Subconscientemente asintió.
—Genial, entonces vamos a la sala de entrenamiento —ella se giró y caminó hacia la sala de entrenamiento después de que él asintió.