Puntos de lujuria abrasivos

—¡Te ves realmente hermosa! —exclamó Max al verla.

Al oír su cumplido, Belén sintió que su corazón se aceleraba de felicidad y un leve rubor subía a sus ya sonrosadas mejillas.

Leticia sonrió y sin querer interrumpirlos, se fue silenciosamente al baño a darse un baño.

—Ven aquí —Max le dio unas palmaditas en la cama cerca de él.

—Mm —Belén caminó lentamente hacia él y se sentó suavemente.

Max pasó su brazo alrededor de sus hombros y la atrajo hacia su abrazo antes de besar sus labios delicadamente. Belén cerró los ojos y correspondió al beso. El beso gentil se convirtió lentamente en uno apasionado donde ambos besaban y chupaban los labios del otro como lobos hambrientos.

Poco a poco, el fuego de la pasión se encendió dentro de ellos y su respiración se volvió más caliente. Max tomó la iniciativa y forzó su lengua en su cavidad oral. Un momento después, sus lenguas se entrelazaron, chupándose ferozmente el dulce néctar del otro.