No perdiendo tiempo, Max se quitó las túnicas y luego la ayudó a ella a desvestirse.
Jasmine se acostó proactivamente frente a él y abrió sus piernas, revelando su cueva celestial e impacientemente dijo:
—Apresúrate y mételo dentro de mí. No puedo esperar más.
Al ver esto, el miembro de Max, que había entrado en modo de reposo debido a la interrupción anterior, comenzó a endurecerse una vez más.
Posicionándose entre sus piernas, agarró su arma y comenzó a frotarlo sobre sus labios y clítoris para humedecerla y que su miembro se pusiera duro como roca, y sonrió con malicia, —No seas tan impaciente. En un momento, me rogarás que pare.
—Ha~ Solo mételo —Jasmine gimió.
—Está bien —Al ver que su miembro ya estaba abultado, dejó de frotarlo y empujó la punta entre sus pétalos florecidos.
—¡Ahn~ Sí! —Al sentir su miembro grueso entrando, Jasmine mordió su labio inferior y gimió, sus ojos rodando hacia arriba en placer.