Furia Silenciosa

Cuando el grupo llegó frente a la mansión Garfield, la puerta principal estaba cerrada, lo cual era muy inusual porque en su memoria, las puertas nunca se habían cerrado ni siquiera de noche.

Algunas personas miraban curiosamente la puerta, discutiendo por qué estaban cerradas. Muchos rumores volaban alrededor. Max recogió uno particularmente perturbador: la mansión Garfield fue atacada por un grupo de tres personas.

Whoosh!

Max apareció frente a una mujer de mediana edad. Ella era la que había hablado del ataque.

—¡Ah! ¿Quién eres? —su repentina aparición asustó a la mujer.

Max la miró con una expresión sombría, su inmadura aura se filtró inconscientemente y la envolvió, haciendo que le fuera difícil respirar y su rostro se puso pálido.

—¿Qué acabas de decir sobre el ataque? —preguntó, tratando de mantener la calma en su voz. Por alguna razón, sintió que lo que esta mujer decía no era solo un rumor sin fundamento, pero esperaba profundamente que lo fuera.