María se sonrojó y enterró su rostro en su hombro antes de murmurar con una voz de mosquitos, «Quiero que el señor e-esposo haga lo que hiciste con la hermana mayor Rima cuando entré en la habitación anoche.»
—¿Hm? ¿Quieres hacer eso? ¿Estás segura? —Max preguntó sorprendido cuando entendió que quería tener sexo anal. A pesar de estar como conejos, Max no lo hizo con su parte trasera anoche porque le preocupaba que no pudiera soportarlo.
—Jaja, no sabes esto porque no has pasado mucho tiempo con ella, pero nuestra dulce María es una chica muy competitiva. Desde que te vio disfrutar del mío, quiere que disfrutes del suyo, también. —Rima se rió, y esto hizo que María se avergonzara tanto que deseó más que nada encontrar un agujero para enterrarse.
Max se rió de ella y tomó el rostro de María en sus manos y la hizo mirarlo antes de decir: