Aarón miró hacia el cielo distante donde una hermosa mujer vestida con un vestido rosa luchaba sola contra tres demonios de rango rey. Al ver esta escena, su sangre hervía y su aura se encendía. Por un momento, parecía que volaría hacia el cielo y se uniría a la batalla, pero en el siguiente momento, su aura desapareció y sus hombros se hundieron.
Suspirando, dijo:
—Quiero hacerlo, pero ella no me dejará ayudarla. Puedo insistir, pero… —se estremeció y sacudió la cabeza— …no quiero ser golpeado y terminar en la cama.
Todos detrás de él se rieron al escuchar esto.
—Realmente le temes, hermana mayor. Hermano mayor, ¿es verdad que te golpeó cuando ustedes se unieron al Valle de Fuego? —preguntó una joven linda.
Aarón la fulminó con la mirada, haciendo que bajara la cabeza y riera silenciosamente. Al ver esto, suspiró internamente.
«En solo unos pocos meses, cambié mucho.»