¡Corre!

Azaroth reconoció sus saludos con una ligera inclinación de cabeza antes de fijar su mirada en Oliver, quien ya se había vuelto solemne y no se veía ningún indicio de su arrogancia previa en su rostro o en sus ojos.

Cuando Azaroth lo miró, a pesar de darse cuenta de que no era rival para él, Oliver devolvió la mirada sin mostrar ningún indicio de miedo en sus ojos. Sin embargo, solo unos segundos después, gotas de sudor perlaban su frente y su ritmo cardíaco aumentó algunos niveles.

Por fortuna para él, justo antes de ceder ante la presión invisible de Azaroth, Azaroth habló:

—¿Eres un discípulo central de la Montaña Soberana del Hielo?

Tan pronto como habló, la 'presión' sobre Oliver desapareció, haciendo que suspirara aliviado. En solo un momento, el sudor en su frente se convirtió en vapor de hielo y desapareció, y su ritmo cardíaco volvió a la normalidad.

Aunque hervía de rabia, no se atrevió a mostrarlo en su rostro, y asintió calmadamente:

—Sí.