—Parece que lo encontramos —dijo Lucifer suavemente.
Ni siquiera había tocado ese objeto, pero había un sentimiento dentro de él que le resultaba algo familiar.
Estaba seguro de que, fuera lo que fuera, había sido dejado para él. Debía ser algo de sus padres.
¡Clank!
Pronto se escuchó un sonido metálico cuando la pala golpeó algo.
Cuidadosamente, Lucifer limpió la arena y recogió las cosas que había encontrado. Parecía una caja metálica pesada y oxidada, hecha de hierro reforzado.
—¡Finalmente, la encontramos! ¡Por fin puedo relajarme! —dijo Jiang mientras se sentaba en el suelo, cansado—. ¿Puedes abrirla? Quiero ver qué hay de tan especial que trabajamos tan duro para esto.
Lucifer también se sentó bajo la luz de la luna mientras observaba la pesada caja. La caja metálica no parecía ser muy grande.
Solo tenía la longitud del brazo de Lucifer. En cuanto a su altura, parecía tener sólo cincuenta centímetros de alto y medio metro de ancho.
También había un candado en la caja.