—Bien. Todo parece normal. Estarás perfectamente bien en unos días. Solo descansa aquí mientras tanto. No se te permite salir de la habitación —dijo Cail—. Estoy cambiando la medicina y añadiendo tu dieta al horario. ¿Tienes alguna preferencia sobre lo que te gustaría comer?
—Esa no es la respuesta a mi pregunta. Te pedí que llamaras a Ayn y a Varant —declaró Xander con firmeza.
—No puedo llamarlos aquí. No están en la base. Les informaré cuando regresen —respondió Cail mientras se daba la vuelta.
—¿Qué estás ocultando? Puedo sentir que algo está mal. ¡Dime qué pasó! —dijo Xander con severidad.
Aunque las palabras de Cail no lo mostraban, Xander podía sentir que algo estaba mal aquí.
—Acabas de despertar. Recupérate rápido. Y entonces te lo diré —dijo Cail, negando con la cabeza.
—Cail, te lo digo por última vez. ¡Dime la verdad! ¿Qué pasó después de ese día? ¿Y dónde están Varant y Ayn? ¿A dónde fueron? —gritó Xander.