Ninguno de los líderes planteó objeciones. Aunque ninguno de ellos quería tener la espada del Comité de Supervisión colgando sobre sus cabezas, tampoco podían oponerse.
Si se oponían, simplemente demostrarían que no iban a ser leales, lo cual no era la impresión que querían dar en ese momento. Incluso el Líder del Gremio de Rango 1 permaneció en silencio.
—Eso está bien. Entonces está decidido. Pueden irse. —Kellian se puso de pie y comenzó a retirarse.
—Ah, disculpe, Sr. Kellian?
—¿Sí? —Kellian preguntó, girándose.
—Solo me preguntaba si podría conocer al Sr. Lucifer. Él salvó a toda nuestra nación. Realmente quería conocerlo y agradecerle personalmente —dijo Derek, dando una excusa sobre por qué quería conocer a Lucifer.
—Bueno, eso es muy amable de su parte. Pero no puede verlo ahora mismo. Le contaré sobre usted. Si quiere, podrá conocerlo en el futuro —respondió Kellian.
—¿Cuál era su nombre entonces? ¿De cuál gremio es usted?