Milena avanzó, forzando también a Lucifer.
Los dos se dirigieron hacia un edificio cercano, pareciendo que Milena iba a estrellar a Lucifer contra el edificio.
Desafortunadamente para ella, Lucifer también usó su viento, deteniéndose a solo unas pocas pulgadas de la pared. Giró su cuerpo, asegurándose de que la espalda de Milena enfrentara el edificio antes de empujar de vuelta.
Las paredes del edificio se rompieron cuando la espalda de Milena se estrelló contra las paredes. Los dos entraron en el edificio, pero no se detuvieron allí.
En cambio, Lucifer continuó empujando hacia atrás, rompiendo aún más paredes mientras usaba a Milena como escudo. Al mismo tiempo, continuaba sujetando la mano de Milena, la cual estaba dentro de su pecho.
Milena seguía sosteniendo el corazón aplastado de Lucifer, que había comenzado a sanar.