—¿Pensaste que estaría mejor sin ti? —preguntó Caen, frunciendo el ceño.
—Algo así. No sabía que Zale era una persona que no tenía ningún familiar cercano para cuidar de su hijo y vigilarlo. Si lo hubiera sabido, habría hecho algo incluso antes —respondió Salazar.
—Solo descubrí esto cuando vi el mensaje del Levantamiento en la televisión —continuó—. Desde ese momento, comencé a buscarlo. Desafortunadamente, para cuando desapareció. No hubo pistas sobre él durante los siguientes ocho años.
—Ni el APF ni el Levantamiento sabían dónde estaba Lucifer. Ya había perdido la esperanza cuando un día escuché la noticia sobre la caída de la Ciudad Capital. Creo que sabes el resto. Fui allí y tuve un conflicto con ustedes. El resto es historia.
Salazar terminó de contar toda la historia a Caen antes de detenerse.