Raj_Shah_7152

En 2100, al inicio del siglo, se lanzó el primer juego de VMMORPG de inmersión total llamado 'Omega'.

Con sus impresionantes gráficos y posibles aventuras, muchos jugadores acudieron al juego, pero todo cambió cuando la moneda del juego divertida se convirtió en un valor tangible en la vida real... ¡empezó la fiebre del dinero!

Los jugadores élite formaron gremios y continuaron ascendiendo, pero aquellos en la parte baja solo podían sufrir en silencio.

Rudra era uno de esos jugadores de bajo nivel. Tenía excelentes reflejos y era un gran líder de equipo, pero su gremio lo traicionó; sus esfuerzos solo resultaban en recompensas para sus superiores. Su padre estaba decepcionado de él y su madre murió porque su familia no tenía suficiente dinero para su tratamiento.

Usado como un esclavo por el gremio, en la clase de trabajador prescindible, murió una noche cuando su entonces mejor amigo lo empujó por las escaleras por un objeto dentro del juego.

Por suerte, experimentó un renacimiento y estaba un paso adelante de todos los demás. Por suerte, tuvo la oportunidad de vengarse de todos los que lo traicionaron y ayudar a quienes lo apoyaron.

En su 'vida pasada', pasó incontables noches despierto, en duelo y angustia. Sin embargo, aunque todo eso había sido borrado, ¿y qué...? En esta vida, está decidido a hacer un contraataque feroz contra el destino y quedarse en la cima.

MMORPG: Renacimiento del Maestro de Gremio Más Fuerte

Notificación del sistema: Has sido revivido en la Iglesia de la Vida en la Ciudad PúrpuraNiebla.


-20% en todas las estadísticas durante las próximas 3 horas


(has soltado las espinilleras de tu armadura)


Rudra no se preocupó por los insignificantes 2 oro que pagó como tarifa de reaparición ni por las espinilleras que soltó. Lo primero que hizo fue verificar el contador de la misión, pero para su sorpresa, ni había completado ni había fallado la misión todavía, ya que el temporizador seguía corriendo.


Quedaban 3 minutos, y Rudra tragó saliva nerviosamente. No comprendía la misión, ya que los detalles proporcionados eran muy pocos.


—¿Lograría completar la misión si el hijo del Arcángel Sariel seguía vivo después de 3 minutos? —pensó.


—¿Debía regresar a la ciudad occidental de Belén? —se preguntó. No tenía ni idea.


Los tres minutos restantes en el temporizador fueron los tres minutos más nerviosos de su vida, que parecían durar una eternidad.


Simplemente no es posible