¡Oh, qué pena!

(El palacio real, distrito interior, Ciudad PúrpuraNiebla, Reino Arboledelavanda)

El Príncipe Aman jugaba con la joya roja en sus manos mientras miraba a las siete personas de pie ante él. La falta de fuerza del grupo lo hacía burlarse, ya que no le tomaría más que un simple movimiento de muñeca matar a estas hormigas. Incluso un caballero de la muerte básico en su arsenal podría enfrentarse a estos aventureros 1 contra 7.

Sin embargo, tenía que admitir que le habían hecho un gran servicio meritorio al traerle esta gema, y, por lo tanto, merecían ser recompensados.

Aman planeaba destronar al actual emperador, su padre, y hacerse con el poder para sí mismo. Sin embargo, no era fácil arrebatar el poder de su anciano pero fuerte padre, un mago de guerra que estaba en el nivel 4.