El Rey Frey estaba en sus aposentos privados, cuando el fruto de su vida, su amada hija de su amada esposa, lo visitó.
Frey mostró una gran alegría al verla y dijo:
—Ha pasado mucho tiempo desde que me visitaste en mis aposentos, ¿a qué se debe esta feliz ocasión?
Ruby hizo una reverencia mientras decía:
—Lo que debo hablar contigo, padre, es un asunto muy serio. Por favor permíteme interrumpir tu descanso, ya que el asunto es de suma importancia.
Frey se enderezó; su hija era una niña juguetona, verla tan terriblemente seria lo sorprendió. Sabía que el asunto debía ser extremadamente grave para que actuara de esa manera.
Frey rápidamente despidió a los guardias mientras decía:
—Claro, habla libremente, tu padre está aquí para apoyarte.
Ruby tomó una profunda respiración mientras comenzaba su historia. —Padre, hoy conocí a un Oráculo...