Rudra miró a la Princesa Rubí, una oleada de emociones surgiendo en su corazón... Sin embargo, su mente formuló una pregunta: «¿Por qué está ella aquí?».
Rubí caminó hacia Rudra acompañada de sus doncellas y levantó educadamente su vestido para realizar una reverencia de saludo mientras decía:
—Saludos, gran Oráculo, me disculpo por venir abruptamente sin aviso a tu gremio. Entiendo que vine en un momento desafiante, sin embargo, sentí inquietud en mi corazón al saber que no podía servir al benefactor que salvó mi vida ni devolver este inmenso favor. Por favor, perdóname por mi llegada inesperada.
Rudra se quedó aturdido por un momento, sin embargo, Karna rápidamente recuperó la situación mientras decía:
—Es un honor para nuestro gremio que la gran princesa elven haya venido a visitar nuestra humilde morada.
Le dio un codazo a Rudra para sacarlo de su estupor. Rudra recuperó sus sentidos mientras sonreía y decía: