La mirada que Karna le dio a Rudra, al ser llamado de vuelta para otra misión de emergencia, no tenía precio. Simplemente se quedó allí con los brazos cruzados, mirando a Rudra como, «¿Qué metedura de pata hiciste ahora?».
Debido a que Rudra adelantó el plan de reclutamiento, ya estaba trabajando horas extras, y aun así Rudra lo sacó de un trabajo importante por, aparentemente, un trabajo aún más importante. Pero ni siquiera podía enfadarse con Rudra, porque sabía que la situación debía haber estado fuera de sus manos.
Pero una cosa que Karna entendió al estar cerca de Rudra tanto tiempo fue que el tipo era un imán para desastres caminante. No había duda de que era un gran líder que podía sacar al grupo de cualquier situación difícil y un hombre digno de seguir, pero no había paz ni tranquilidad siendo un Elite. Era acción y drama sin parar.