De vuelta en la ciudad de Purplehaze, Rudra estaba más preocupado de lo que había estado desde su reencarnación. La situación era sombría, no tenía información sobre la fuerza enemiga y tenía que ir a la mayor pelea por la supervivencia de la nación a ciegas.
Rudra sabía que defender el muro iba a ser difícil, si tuviera tiempo suficiente querría crear muchas barricadas y bloqueos improvisados para hacer posibles retiradas tácticas en la ciudad.
Contener el muro iba a ser difícil, y Rudra tenía que estar preparado para lo peor, sin embargo, con menos de 16 horas hasta que comenzara la guerra, había muy poco que pudiera hacer.
Todo esto hizo que Rudra estuviera extremadamente ansioso ya que esta no era su forma de luchar. Era un planificador minucioso y alguien que controlaba cuidadosamente cada aspecto de una guerra para dirigirla de la manera que quería. Sin embargo, esta vez necesitaba confiar solo en su equipo y en sí mismo para la pelea.