El tratamiento de Owen terminó rápidamente y la herida que recibió William se sanó por completo. Aún así, el Magus de Vida aconsejó al chico pelirrojo que se lo tomara con calma por el momento y que evitara realizar actividades agotadoras.
—Me confié demasiado —murmuró William mientras frotaba inconscientemente su pecho. Aunque no esperaba que Kingsley usara magia en su duelo, debería haber considerado esta posibilidad.
Su oponente era un Espadachín Mágico. Alguien que podía manejar tanto la espada como la magia. William entendió que la principal razón por la que Kingsley no usó magia antes en su duelo fue debido a su orgullo.
Por esto, William pensó que su oponente solo usaría habilidades marciales y no recurriría a usar su Magia de Hielo.
—Joven Maestro, espero que hayas aprendido algo de esta lección —dijo Helena mientras caminaba al lado de Ella, quien actualmente llevaba a William en su espalda.
—Sí, tía Helena —suspiró William—. Aprendí una lección muy dolorosa.