La ignorancia es felicidad [Parte 2]

—Maestro, eres muy brutal —dijo Guillermo mientras su rostro se curaba automáticamente, una vez que Celine había detenido sus ataques y le había dado un momento para recuperarse.

—¿No está bien? —Celine sonrió mientras giraba la lanza en su mano—. Dentro de este lugar, aunque mueras mil veces, seguirás vivo y pateando en el mundo real.

Guillermo entrecerró la mirada mientras tomaba una postura de combate para reanudar su batalla. Sabía que hablar con Celine era inútil porque ella estaba empeñada en hacerlo sufrir. Ya que ese era el caso, él haría todo lo que estuviera en su poder para enseñarle una lección también.

—Maestro, me estaba conteniendo antes —declaró Guillermo de manera arrogante—. Esta vez, no me contendré. ¡Te pido disculpas por adelantado si te lastimo!

El joven concentró toda su fuerza en su cuerpo y se preparó para darle una buena paliza a Celine.

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Cinco minutos después….