Media hora antes de que Oliver llegara a los cielos de Dawsbury...
«Esto es inútil», pensó Guillermo mientras se obligaba a balancear el bastón de madera en sus manos para acabar con la vida del monstruo frente a él.
A medida que avanzaba la batalla, Guillermo sentía que el bastón en sus manos se hacía más pesado. Se debía principalmente a que sus brazos le dolían y estaban alcanzando su límite. Fue en ese momento cuando apenas evitó un ataque sorpresa de una de las Bestias de Clase C, Buscador de Rencor, desde el cielo.
Este descuido en su concentración permitió que la criatura parecida a un perro frente a él aprovechara la oportunidad para derribarlo y sujetarlo contra el suelo. Colmillos afilados se mostraron mientras los Dientes de Ceniza intentaban morder el cuello de Guillermo.